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Consejos para profesionales Liderazgo

El arte de dar feedback constructivo sin generar conflictos

Ofrecer feedback es una habilidad esencial para fomentar el crecimiento y mejorar el rendimiento. Si eres un líder, el feedback es clave para sacar lo mejor de tu equipo. Sin embargo, la simple idea de ofrecer una crítica, por más bienintencionada que sea, puede generar tensión e incomodidad. Un feedback mal gestionado no solo resulta ineficaz, sino que puede derivar en malentendidos, desmotivación e incluso conflictos dentro del equipo. 

Entonces, ¿cómo asegurarnos de que nuestra retroalimentación sea realmente constructiva? La clave radica en la forma en que se comunica. A continuación, te compartimos algunas estrategias para lograrlo, junto con ejemplos prácticos que ilustran su aplicación efectiva.

1. Sé específico, no generalices

Uno de los errores más comunes al dar feedback es recurrir a comentarios ambiguos o poco precisos. Expresiones como «tu trabajo no está a la altura» o «necesitas mejorar» no brindan información útil ni orientan hacia una solución concreta. Para que el feedback sea efectivo, es fundamental señalar aspectos específicos que requieren mejora, explicando con claridad qué sucedió y cómo se puede corregir en el futuro.

Ejemplo: En lugar de decir «El informe que entregaste no es preciso», prueba con: «Noté que el informe contiene algunos errores de cálculo en las tablas de la página 3 y 4. Para evitar esto en el futuro, te sugiero revisar los datos con la herramienta de validación antes de enviarlo. Si necesitas ayuda, podemos revisarlo juntos.»

2. Aplica la regla del sándwich

El «sándwich de feedback» es una estrategia efectiva para equilibrar críticas y refuerzos positivos. Consiste en estructurar la retroalimentación en tres pasos: iniciar con un comentario positivo, introducir la crítica constructiva y finalizar con otra observación positiva. Este método ayuda a mantener una actitud receptiva y a reducir la resistencia del interlocutor.

Ejemplo: «Tu presentación fue muy clara y bien estructurada. Si dedicas un poco más de tiempo a la parte de análisis de datos, el informe será aún más impactante. En general, tu capacidad para sintetizar la información es excelente.»

3. Escucha primero

El feedback no debe ser un monólogo, sino una conversación. Antes de ofrecer tu punto de vista, permite que la otra persona comparta su perspectiva. Esto no solo muestra respeto, sino que también puede darte una mejor comprensión de los desafíos que enfrentó. Una comunicación abierta facilita la receptividad y genera un ambiente de confianza.

Ejemplo: «Antes de compartir mi opinión sobre el informe, me gustaría saber cómo lo percibiste tú y si encontraste algún obstáculo en su elaboración.»

4. Enfócate en el comportamiento, no en la persona

Evita que la retroalimentación parezca un ataque personal. En lugar de criticar la personalidad o actitud de alguien, céntrate en acciones concretas y sus consecuencias. Así, el feedback se percibe como una oportunidad de mejora y no como una crítica destructiva.

Ejemplo: «Cuando no cumples con los plazos establecidos, el flujo de trabajo del equipo se ve afectado. Es importante que respetemos los tiempos de entrega para mantener la eficiencia del proyecto.»

5. Sé claro en lo que esperas

Para que el feedback sea útil, debe incluir una dirección clara sobre lo que se espera mejorar. Especificar pasos a seguir o sugerir áreas de mejora ayuda a que el destinatario pueda implementar los cambios de manera efectiva.

Ejemplo: «Me gustaría que en la próxima presentación incluyas más datos cuantitativos y utilices ejemplos específicos para reforzar tus puntos.»

6. No dejes que el feedback se acumule

El feedback es más efectivo cuando se da de manera oportuna. Si esperas demasiado tiempo para señalar una mejora, el mensaje puede perder relevancia. Es recomendable ofrecer retroalimentación con regularidad para fomentar una evolución constante.

Ejemplo: «Hoy, durante la reunión, noté que te desviaste del tema principal. Para futuras ocasiones, sería útil centrarnos en los puntos clave y dejar los detalles para el final.»

7. Mantén la calma y la empatía

Dar feedback puede ser un proceso delicado, especialmente cuando se trata de errores importantes. Es fundamental abordar la conversación con calma y empatía, entendiendo las circunstancias de la otra persona y ofreciendo apoyo en lugar de solo señalar fallos. Un enfoque comprensivo genera confianza y favorece el crecimiento.

Ejemplo: «Sé que este proyecto ha sido un reto y que el tiempo ha sido limitado, pero creo que con un poco más de atención a los detalles, podemos mejorar significativamente los resultados.»

Un buen feedback es bueno para todos, pero también para ti

Estas son solo algunas de las claves. El feedback es una herramienta muy importante para el desarrollo profesional, siempre y cuando se maneje de manera adecuada. Si logras ser específico, escuchar activamente y comunicar de manera constructiva, no solo ayudarás a los demás a mejorar, sino que también fortalecerás las relaciones profesionales y contribuirás a un ambiente de trabajo más colaborativo y productivo.

Además, desarrollar la habilidad de dar feedback de forma efectiva también te permitirá crecer como profesional, mejorar tu capacidad de comunicación y fomentar un liderazgo más empático y efectivo.

El reto del feedback en entornos remotos o híbridos

Por último, en un contexto de teletrabajo o trabajo híbrido, ofrecer feedback puede ser aún más complicado. La falta de comunicación no verbal y las interacciones limitadas pueden dar lugar a malinterpretaciones. En estos casos, es fundamental ser aún más claro y estructurado en la retroalimentación, utilizar videollamadas en lugar de mensajes escritos siempre que sea posible y asegurarse de que el tono sea adecuado. Fomentar espacios de conversación abiertos y accesibles ayuda a mantener una comunicación efectiva y una cultura de feedback positiva, incluso a la distancia.

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