El fundador de la compañía de ropa Patagonia ha ‘regalado’ la mayoría de sus acciones a una ONG para luchar contra el cambio climático. “La Tierra es ahora nuestro único accionista”. Así es como empieza el comunicado que ha lanzado en su web Yvon Chouinard, fundador y dueño de la compañía.
Cuando hablamos de empresas socialmente responsables con la sostenibilidad y el medio ambiente, hablamos de compañías que tratan de realizar sus funciones teniendo en cuenta una ética y unas buenas prácticas, con la finalidad de mejorar el mundo que las rodea. Pero en el caso de Patagonia, Chouinard ha querido ir unos cuantos pasos más allá.
La empresa, valorada en 3 millones de dólares, ha sido transferida en un 98% (acciones sin derecho a voto) a la ONG Holdfast Collective, mientras que el otro 2% lo posee el fideicomiso Patagonia Purpose Trust (acciones con derecho a voto).
Patagonia, un ejemplo de empresa socialmente responsable
Antes de este movimiento, Patagonia ya era una empresa preocupada por el medio ambiente. Los productos que venden usan materiales más sostenibles para el medio ambiente y, de hecho, para 2025 la empresa quiere que todos los materiales usados sean 100% reciclados.
Otro de los “leit motiv” de la compañía es el Worn Wear, una campaña que anima a sus consumidores a reparar de forma gratuita la ropa de Patagonia, para reducir el impacto medioambiental.
Una de las acciones más notorias de Patagonia fue en el Black Friday de 2011. La empresa, a contracorriente con todos los otros anuncios de esa semana, dedicó pagar una página de publicidad al New York Times, donde aparecía una fotografía de una chaqueta de Patagonia y el mensaje “Don’t Buy This Jacket”.
Estas prácticas forman parte del ADN Patagonia. Y, de hecho, el fideicomiso Patagonia Purpose Trust, que posee las acciones con derecho a voto, velará para que la empresa siga cumpliendo con las prácticas éticas y de sostenibilidad que se han ido poniendo en marcha.
Ser sostenible, una obligación social
Cada vez son más las empresas que verdaderamente se preocupan por integrar prácticas que tienen un impacto positivo en nuestro planeta. Pero aún queda mucho camino.
Y es que los consumidores e inversores, además, cada vez tienen más en cuenta este valor a la hora de comprar o contratar los servicios de una empresa. Según un estudio sobre hábitos de consumo del IBM Institute for Business Value, el 53% de los encuestados afirma que está dispuesto a pagar un precio más alto si la marca contribuye al cuidado del medioambiente o bien por un producto sostenible.
Por otro lado, la sostenibilidad ambiental solo trae ventajas para las compañías: ayuda a reducir costes, incrementa el prestigio e imagen de marca, atrae nuevas inversiones, atrae posibles trabajadores que se identificarán más con tu empresa, etc. Y el mundo te lo agradecerá.